Microscopios para niños

Explorar, descubrir y realizar tareas propias de un adulto son actividades que fascinan a la gran mayoría de los niños. En consecuencia, los padres pueden estimular su interés por la investigación del mundo mediante distintos instrumentos científicos especialmente adaptados para los más pequeños. Los microscopios para niños cumplen esta función y les aportan horas de diversión mientras aprenden.

Los microscopios ofrecen múltiples posibilidades como las siguientes:

- Afianzar o ampliar los conocimientos escolares: no hay que olvidar que estos instrumentos no tienen que ser vistos como juguetes convencionales. Los niños pueden servirse de ellos para comprobar empíricamente algunos de los conocimientos teóricos adquiridos en las clases de ciencias. Insectos o flores pueden analizarse con gran detalle con estereomicroscopios, los más sencillos de utilizar.

- Descubrir secretos de la naturaleza en familia: analizar pétalos de flores u organismos de pequeño tamaño puede requerir de la asistencia de adultos. Ello promueve que la actividad sea vista como un agradable pasatiempo en familia, indicando a los niños cómo anotar sus observaciones o en qué aspectos debe centrar su atención. Los niños también se sienten más estimulados si aportan a sus padres datos que estos desconocían.

- Cooperación entre amigos: jugando a interpretar roles de científicos, los niños pueden desarrollar habilidades sociales como la cooperación y la discusión razonada (lo cual puede requerir, nuevamente, la participación de un adulto). Distribuir las tareas e implementar estrategias de organización tienen implicaciones muy positivas en otros ámbitos. Además, es habitual que los niños presuman entre ellos de sus logros, aumentando el interés de otros por estas actividades.

- La ciencia divierte: relacionado con los puntos anteriores, los microscopios para niños pueden conseguir algo que muchas veces se resiste en las aulas: fomentar el interés por la ciencia. Leer libros de texto y atender a las explicaciones de los maestros resulta más tedioso para ellos que disponer de su propio instrumento para descubrir el mundo. Es interesante, por tanto, que tanto la familia como la escuela fomenten este tipo de inquietudes.

- Puede ser solo el principio...: aunque inicialmente se vea como una actividad recreativa, la relación lúdica del niño con el medio ambiente o la investigación científica puede ser la antesala de una vinculación más estrecha. No es infrecuente oír testimonios de profesionales de este ámbito que reconocen que su interés por la ciencia arrancó de manera accidental en la infancia. Así, los juegos pueden desembocar en carreras más prometedoras.